Después de darle vueltas a los equinos rosados y ver la dificultad del asunto, recordé unos ponys que sí eran rosas y muy monos...Ya en mi época peinaba sus crines largas y vaporosas...mi época, uff...mi madre siempre me dice que cuando tienes época es señal que tan joven no eres...jejeje...
Volvamos al tema que nos ocupa, que me voy por las ramas...M quería unas galletas para celebrar su cumple y tenía dos requisitos, solos dos, tenían que ser ponys y tenían que ser rosas. Y esto es lo que salió:
Disfruté mucho haciéndolas y recordando mi propia infancia, seguro que a mí también me hubiera gustado repartir estas galletas en mi séptimo aniversario. A me explicaba la carita de felicidad de M y la ilusión con las que las dió a los invitados de su fiesta. ¡La mejor de las recompensas!
Muchísimas felicidades M y ¡a disfrutar!.
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Lourdes